Sophia y la Madre Tierra




Los ritos de la Madre Tierra muestran un aspecto temerario de la Diosa, quien opera con una energía de rabia y virilidad sacrificada. Ella seria Kali del Este: la que nos da nacimiento y quien nos recibe al final. Los predicadores se dirigen a la Madre Tierra con la que todo lo ve y cada caída es descansar en su útero. El aspecto”oscuro” de la Madre Tierra es también conocido como la Diosa Negra.
La diosa oscura no pierde nada, pero todo lo procesa. Es aterradora porque no solo nutre las primaveras; sino también nos hace cambiar por desafíos. Esta es la acción de Sophia: como es responsable de la caída, en el gnosticismo, es también la compañera de cada alma, dejando en ella su magia. Ella es ambos aspectos, creadora y receptora de la creación.
El aspecto de la diosa oscura en Sophia no es malo. Como las temibles imágenes de las deidades budistas, el aspecto oscuro de Sophia no es dañino ni demoniaco, solo nos exhibe el aspecto reflejado que causa más efecto y se corresponde con la realidad de la naturaleza.
La diosa es vieja como el tiempo y joven como la eternidad: un par de formas complementarias que recorren diferentes mitos de Sophia como la madre oscura de la Tierra y la brillante virgen de los Cielos. La podemos llamar Sophia Nigrans, Black Sophia, Sophia Stellarum, Sophia de las estrellas, Shekinah, entre otros.
La diosa oscura es una apariencia metafórica de la diosa en la materia. Mientras tanto la diosa oscura se expresa en piedras, rocas, y la Tierra, como también en cada parte de carne del cuerpo que habitamos.
Cuando tratamos con Sophia, nos encontramos a nosotros mismos alternando entre la ceguera y la luz. Donde sea que estemos parados en la luz o en la oscuridad debemos escuchar su voz para que nos guíe  en el camino que nos queda.
Extraido  delPoder dela Mujer, la Luna y el Utero, sanacion energetica femenina
Marina grabelli,Buenos Aires, Argentina