Las más avanzadas sociedades de
la antigüedad eran matrifocales, guiadas
y manejadas por mujeres.
Los primeros Cretanos alababan a la Diosa, las mujeres eran sacerdotisas, jueces,
doctoras, artistas, atletas,
lideres culturales en todos los niveles.
Tenían un vasto mercado de
intercambio, baños con agua caliente y
fría. Reflejaban armonía y ecuanimidad
entre los habitantes, sus conocimientos
eran enormes, completos, abarcativos y avanzados
Los Estruscanos también lo
eran. Quedaron trazos de estas
costumbres en el bajo Egipto a través de las dinastías e imperios.
A lo largo del tiempo, las invasiones políticas y el colonialismo
cultural, dieron por resultado legados
corrompidos por poder de otras comunidades y creencias.
A partir de las invasiones de
tribus arias y diferentes conquistas, destruyeron costumbres a través del
castigo y la fuerza, atentando a imponer
su propia razón y forma de comprender al mundo y sus costumbres. Cultura es la propia visión de ellos mismos
en relación al mundo, creado a través de
la herencia en el tiempo y el espacio.
Las religiones y comunidades del
Dios Padre era el regente de su sistema de creencias y hábitos cotidianos, como el cristianismo, el Islam,
el judaísmo entre otras. Estas invasiones comenzaron aproximadamente al
final del Neolítico, la era de Hierro y Bronce.
Entre 4000 y 2500 A.c.
Los invasores estaban comandados
por sacerdotes y guerreros. Conocidos
como Arios en India, los Hitties en
Mittani en el Crecente Fertil, los
Luwians en Anatolia, los Kurans en el
este de Europa, los Achanian y luego los
Dorians en Grecia, y semitas y hebreos
en Palestina.
Evidencia demuestra que en este
tiempo intenso de guerra, catástrofes naturales se adjuntaron para dejar estas
comunidades en una vasta destrucción de sus pertenencias y una ruptura de la
organización habitual.