La Biblia
de las Brujas- libro primero-los 8 sabbats de las brujas-
El Wicca, por su verdadera
naturaleza, se ocupa principalmente de desarrollo
y aprovechamiento del `don de la diosa`. de las facultades psíquicas e intuitivas
y, en menos medidad de ``don del dios` las
facultades conscientes y loicas lineales.
Ninguna de las dos puede funcionar sin la otra, y el don de la diosa debe desarrollarse y ejercerse
tanto por parte de brujas femeninas como por la de los brujos masculinos. Pero, el
hecho reside en que, en conjunto, la mujer posee una ventaja inicial y mayores facilidades
con el donde la diosa, igual que le hombre, en conjunto,
tiene mas aptitudes para desarrollar las habilidades del dios. Y dentro del circulo, la suma sacerdotisa (aunque ella paela a su sacerdote
para invocarla) es el canal y la representante
de la diosa).
Esto no es simplemente,
una costumbre wiccananiana, es un
hecho de naturaleza. ”Una mujer” dice Carl
Jun, puede identificarse directamente con
la Madre Tierra, pero un hombre no (excepto en casos psicóticos)” Collected Works, volumen IX part 1, segunda edición, párrafo 193.
Seun John Michell, The earth Spirit:
Antes que surgiera la civilización, la tierra era una deidad universal… una
criatura viva, y femenina, puesto que al recibir el poder del sol, era vivificada y fertilizada…El elemento mas
profundo y antiguo de cualquier reliiòn es el culto al espíritu de la Tierra en sus diversas
manifestaciones. A esto habría que arear
también, aunque ciertamente al tiempo
que se acrecentaba la sabiduría de la humanidad, el aspecto de la Reina de los Cielos; puesto que en esta fase de la humanidad, al ran Madre fue la matriz y amamantadora de
todo el cosmos, tanto de la materia como
del espíritu”.
Los gitanos Kalderash (uno de los principales grupos romanés) sostienen que no fue Del Dios, masculino,
quien creo el mundo. ”La
Tierra (phu), esto es, el universo,
existía antes de él, siempre existió. Es la Madre de todos nosotros (amari De) y se llama De Develeski, la Madre Divina.
En esto reconoce un indicio del matriarcado primitivo” (Jean Paul Clebert, Theypsies,
p 143.)
La Diosa
siempre estuvo ahí, cambiando de
aspectos (tanto en su ciclo de fecundidad como Tierra Madre como en sus fases
lunares de Reina de los Cielos), pero
siempre presente. En cambio el dios, en ambos conceptos, muere y vuelve a nacer.
La figura del dios Sol,
para el wicca, que denomina los sabbats
menores de los solsticios y equinoccios,
es comparativamente sencilla; su ciclo
puede observarse incluso através de la ventana de un apartamento de un edificio
alto.
Muere y renace en la pascua de la Navidad (Yule), comienza a dejar sentir su joven
madurez, con la que deja preñada a la Madre Tierra hacia el
equinoccio de la primavera; arde en la
cima de su gloria durante el solsticio vernal;
el mismo renuncia perdiendo poder e influencia sobre la ran Madre hacia
el equinoccio de otoño; y de nuevo se
enfrenta a la muerte y a su renacimiento durante la Pascua de Navidad.
Libro segundo:
Toda mujer, si puede
liberarse de los condicionamientos impuestos por el estereotipo
patriarcal, es una bruja natural. La mayoría de los hombres, a menos que tengan un ánima bien integrada y a
pleno rendimiento, tienen que trabajar duro. Los brujos han de trabajar principalmente con
lo dones de la diosa, que son las
funciones intuitivas y psíquicas, la
conciencia directa, a través de la
sensibilidad del orden natural de las cosas en todos los niveles, desde el corporal al espiritual. Todo esto forma parte innata en la herencia de
la mujer; pero en general, los hombres lo consiguen mejor vía la mujer.
Por todo ello el Wicca es matriarcal. La suma sacerdotisa es quien lidera el
conventículo, mientras que el sacerdote su
consorte. Ambos son esenciales
mutuamente, e iguales (recordando que la
individualidad inmortal, la monada reencarnada, es hermafroditica), pero en el contexto de trabajo wiccaniano y
en el de la encarnación presente, èl es
el principie consorte de una reina gobernante.
el sumo sacerdote es (o debería ser)
un canal por el que se manifiesta el aspecto del Dios, a lo que no puede considerarse inferior, pero el trabajo wiccaniano se ocupa en primer
luar de los dones de la diosa, por lo
que la sacerdotisa tiene prioridad; pues
la mujer es la puerta a la brujería, y
el hombre es” su guardián y devoto”).
Extraido del Poder de la Mujer, el utero y la luna
Marina Grabelli, Buenos Aires